Mahoma

Introducción

La Arabia preislámica
Angeles decorando la Kaaba., en el palacio Topkapi. En el centro, la Kaaba o Ka'ba en la que se guarda la Piedra negra del Islam. Es el lugar sagrado y de peregrinación religiosa más importante del islam. La simetría es simbólica, pues para los musulmanes la Kaaba es el centro del Universo.
Angeles decorando la Kaaba., en el palacio Topkapi. En el centro, la Kaaba o Ka'ba en la que se guarda la Piedra negra del Islam. Es el lugar sagrado y de peregrinación religiosa más importante del islam. La simetría es simbólica, pues para los musulmanes la Kaaba es el centro del Universo.
La Meca y el monte Ararat en una miniatura procedente del Corán. Ya con anterioridad a Mahoma, La Meca, donde se halla la Kaaba que alberga la Piedra Negra, símbolo de la misericordia de Alá, era el lugar santo común a todas las tribus belicosas de Arabia. Durante cuatro meses al año cesaban las hostilidades para que los fieles pudieran visitarla.
La Meca y el monte Ararat en una miniatura procedente del Corán. Ya con anterioridad a Mahoma, La Meca, donde se halla la Kaaba que alberga la Piedra Negra, símbolo de la misericordia de Alá, era el lugar santo común a todas las tribus belicosas de Arabia. Durante cuatro meses al año cesaban las hostilidades para que los fieles pudieran visitarla.
La genealogía de Mahoma
En el país de la sed. Paisaje de Arabia con dromedarios, animales que desde la época preislámica se emplearon para realizar las tradicionales rutas caravaneras de la región.
En el país de la sed. Paisaje de Arabia con dromedarios, animales que desde la época preislámica se emplearon para realizar las tradicionales rutas caravaneras de la región.
Arabia en época de Mahoma
Pasaje de la vida de Mahoma representado en una miniatura del siglo XV. Cuando tras cruzar los siete cielos del paraíso islámico el profeta llegó al cielo, montado sobre Buraq, ser fabuloso con cara de mujer, cuerpo de mula y cola de pavo real, y precedido por el arcángel Gabriel, fue recibido por un coro de ángeles. Mahoma ascendió por una escalera desde las ruinas del Templo judío hasta el trono de Dios.
Pasaje de la vida de Mahoma representado en una miniatura del siglo XV. Cuando tras cruzar los siete cielos del paraíso islámico el profeta llegó al cielo, montado sobre Buraq, ser fabuloso con cara de mujer, cuerpo de mula y cola de pavo real, y precedido por el arcángel Gabriel, fue recibido por un coro de ángeles. Mahoma ascendió por una escalera desde las ruinas del Templo judío hasta el trono de Dios.
El Arcángel San Gabriel inspira a Mahoma en la mezquita de Medina. Copia otomana del s. XVIII de un ejemplar del Corán del s. VIII, con ilustraciones de Seyyd Suleimán Pachá.
El Arcángel San Gabriel inspira a Mahoma en la mezquita de Medina. Copia otomana del s. XVIII de un ejemplar del Corán del s. VIII, con ilustraciones de Seyyd Suleimán Pachá.
La Meca en época de Mahoma
Peregrinos alrededor de la Kaaba, en La Meca. El año octavo de la hégira, 630 de la era cristiana, Mahoma conquistó La Meca, destruyó a los ídolos y efectuó la peregrinación o visita a los lugares santos de sus alrededores, peregrinación que desde entonces deben realizar todos los creyentes.
Peregrinos alrededor de la Kaaba, en La Meca. El año octavo de la hégira, 630 de la era cristiana, Mahoma conquistó La Meca, destruyó a los ídolos y efectuó la peregrinación o visita a los lugares santos de sus alrededores, peregrinación que desde entonces deben realizar todos los creyentes.
Miniatura que representa al profeta Mahoma recién nacido, en brazos de su madre, es presentado al abuelo Abd El Muttalib y otros habitantes de la Meca. Mahoma, hijo de Abd Allah, fundador de la religión musulmana.
Miniatura que representa al profeta Mahoma recién nacido, en brazos de su madre, es presentado al abuelo Abd El Muttalib y otros habitantes de la Meca. Mahoma, hijo de Abd Allah, fundador de la religión musulmana.
La religión islámica
Cubierta de libro de El Corán del siglo XVI. El intenso afán de conquista desarrollado por los sucesores de Mahoma con el fin de extender el Islam por todo el mundo estaba inspirado en las numerosas exhortaciones a la guerra santa que aparecen en el Corán.
Cubierta de libro de El Corán del siglo XVI. El intenso afán de conquista desarrollado por los sucesores de Mahoma con el fin de extender el Islam por todo el mundo estaba inspirado en las numerosas exhortaciones a la guerra santa que aparecen en el Corán.
Mahoma y el ejército de mecanos en Medina. El año 622, Mahoma se vio obligado a trasladarse a Medina porque sus ideas religiosas le habían creado demasiados enemigos en La Meca. Este acontecimiento marca el inicio de la era musulmana: la hégira.
Mahoma y el ejército de mecanos en Medina. El año 622, Mahoma se vio obligado a trasladarse a Medina porque sus ideas religiosas le habían creado demasiados enemigos en La Meca. Este acontecimiento marca el inicio de la era musulmana: la hégira.
Mahoma reza para que la lluvia dé alivio a los musulmanes antes de la batalla de Bade. Copia otomana del s. XVIII de un ejemplar del Corán del s. VIII, con ilustraciones de Seyyd Suleimán Pachá.
Mahoma reza para que la lluvia dé alivio a los musulmanes antes de la batalla de Bade. Copia otomana del s. XVIII de un ejemplar del Corán del s. VIII, con ilustraciones de Seyyd Suleimán Pachá.
Acontecimientos principales de la vida de Mahoma

Mahoma nació en La Meca, el verano del año 570. Su padre, Abd Allah, murió en un viaje, tres meses antes de nacer el niño, y su madre, Amina, lo dio a criar a una nodriza beduina de la tribu de los Beni Asad. Esta mujer lo destetó a los dos años y sólo entonces lo llevó a la madre para que viera cuán robusto crecía. La tradición cuenta que la madre dijo a la nodriza: “Toma el niño otra vez y vuelve al desierto, no sea cosa que vaya a enfermar con el aire malsano de La Meca”. Así permaneció Mahoma otros tres años en la tienda de los beduinos que le criaron, y con ellos aprendió su lengua, algo arcaica. “Yo soy un árabe de pies a cabeza –acostumbraba decir más tarde–; desciendo de los Qurays de La Meca y hablo la lengua de los Beni Asad.” Durante los cinco años de su vida en el desierto, Mahoma debió de comenzar a impresionarse con los grandes espectáculos de la naturaleza.

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